Ir al contenido principal

Rendirse no está permitido

Hace tiempo que dejé de intentar rendirme a la mínima de cambio. Me negué a quedarme quieta, viendo la vida pasar delante de mí, sin ningún propósito en mente, sin ningún objetivo que cumplir. Cuando caí, me levanté, me limpié y seguí hacia adelante con mi mejor sonrisa.

Puede que no haya conseguido todo lo que me he propuesto. He tenido que renunciar a muchas cosas que creía que no era capaz de renunciar y, me he dado cuenta de que no me eran imprescindibles. Hoy me alegro de haber renunciado a ellas.

A veces, existen cosas, personas, que consideramos "necesarias" para nosotros. Alguien o algo que crees que te hace falta para continuar y, por suerte o por desgracia, en la mayoría de los casos no es así. Toma tu tiempo, cierra los ojos y reflexiona sobre si, todo lo que ahora tienes como primordial, realmente, tiene que serlo. O si, te renta que lo sea.

Aleja todo lo que te sea tóxico, en ocasiones duele, es difícil, pero con el tiempo te lo agradeces a ti mismo. Crea tu propio oasis en el que solo estés tú. Un pequeño rinconcito de paz, de soledad, donde reflexionar sobre qué es lo que te conviene y qué es lo que te hace daño. Sólo tú puedes saber eso.

Únicamente de esta forma conseguirás no rendirte jamás. Tendrás a tu lado los mejores apoyos, podrás disfrutar de tus victorias y, afrontar de la mejor forma los peores problemas. Rodéate de quien de verdad te quiere, sé feliz con esa gente y que nunca te importe lo demás. Cuida a esas personas que te hacen reír, y regala buenos momentos a aquellos que te regalan su tiempo.

Ponte una meta, lucha por conseguirla y, cuando la hayas alcanzado, mira hacia atrás y siéntete orgulloso de haber recorrido ese camino por completo. Rendirse no está permitido.


Comentarios